Aquí le ofrecemos una guía para una perfecta salud bucal.
1.- RUTINA DE HIGIENE.
Cepillarse los dientes y el resto de la cavidad bucal cuidadosamente durante 2 o 3 minutos, como mínimo 2 veces al día, preferentemente después de las comidas y antes de acostarse es la mejor rutina de higiene, que además debemos inculcar a nuestros hijos desde pequeños. El cepillado debe incluir la lengua para eliminar las bacterias que se quedan en su superficie.
2.- HÁBITOS.
Para tener una buena salud bucodental hay que cumplir con las rutinas de higiene que acabamos de ver, pero también es importante conocer otra serie de conductas que pueden afectar a nuestra boca. El tabaco, la minuciosidad del cepillado o la alimentación juegan un papel clave para la buena salud de la boca. En el caso de una boca sana, una visita al dentista cada 6 meses será suficiente para detectar caries y otras enfermedades bucodentales y así evitar posibles problemas. Un complemento a esas visitas a la clínica dental, que poco a poco se va inculcando más en la población, es el cambio de cepillo de dientes cada tres o cuatro meses.
3.- ALIMENTACIÓN.
El estado nutricional, así como la identificación de trastornos alimentarios del paciente es fundamental para la salud bucodental. Este estado lo determina nuestra alimentación, por lo que es vital en la detección y prevención de enfermedades.
Algunos alimentos afectan más a la capa de esmalte o pueden provocan manchas en nuestros dientes, mientras que otros contribuyen a fortalecer nuestro sistema defensivo por lo que es necesario conocerlo. Una buena alimentación con pocos azúcares, mucho líquido y comida sana ayuda a disfrutar de una buena salud bucodental.